NOTA
SOBRE LA
UTILIZACIÓN DE EMBRIONES HUMANOS
EN LA INVESTIGACIÓN SOBRE CÉLULAS MADRE
Madrid, 19 de diciembre de 2002
1.
Nuevos avances de la biomedicina
En
los últimos años la medicina y la biología han experimentado una verdadera
revolución que ha ido cambiando, de un modo espectacular, tanto aspectos
conceptuales básicos como el enfoque de las enfermedades y sus distintas
opciones terapéuticas. La denominada medicina reparadora, basada principalmente
en la utilización de las denominadas células madre, con la intención de
regenerar tejidos y de este modo curar o tratar enfermos, está despertando el
máximo interés.
Algunos
procesos patológicos (como el daño miocárdico postinfarto, la enfermedad de
Alzheimer, el Parkinson, la diabetes tipo 1, etc.), son ocasionados por la
degeneración, disfunción o muerte de determinados tipos de células. La
medicina se propone regenerar estas células practicando microtrasplantes de
células que, de un modo similar al transplante de un órgano entero, podrían
suplantar la función de las células alteradas. La mayor dificultad es la
obtención de los tipos celulares deseados. Es aquí donde la investigación
considera las posibilidades que ofrecen las células madre. Este es, también,
el punto que plantea mayores discusiones entre científicos y mayores problemas
de carácter ético.
2.
Diversos tipos de células madre
Las
células madre son células indiferenciadas a partir de las cuales se pueden
obtener células de distintos tejidos. Se caracterizan por la posibilidad de
poder ser cultivadas indefinidamente en un medio experimental. Se pueden
clasificar por su origen y por su diferenciación. Por su origen, pueden ser
embrionarias o de tejidos adultos. Por su diferenciación, pueden ser
totipotentes (pueden dar lugar a un individuo completo de su especie),
pluripotentes (pueden dar lugar a células de todo tipo de tejidos),
multipotentes (pueden dar lugar a células de diversos tejidos) y unipotentes
(sólo dan lugar a células de un solo tejido).
Las
células madre embrionarias se logran extrayéndolas de los embriones humanos,
de los producidos directamente para obtenerlas o de los producidos por las
técnicas de fecundación in vitro, congelados o no. Su implante permitiría que
a partir de ellas se formaran células específicas del tejido que se pretende
regenerar. Como vemos, ello supone manipulación, utilización y destrucción de
embriones humanos.
En
los últimos años, acreditadas investigaciones han puesto de manifiesto que no
sólo se encuentran células madre multipotentes en los embriones, sino que
también las hay en diversos tejidos adultos (en la médula ósea, en el tejido
hepático, en el tejido adiposo, etc). Estas células madre multipotenciales,
procedentes de organismos adultos, ofrecen similares posibilidades de
investigación y de aplicación terapéutica a las embrionarias, sin las graves
implicaciones éticas que conlleva el uso de embriones humanos.
3.
Campañas de opinión confusas
En
el momento actual, en España, un sector de la industria biotecnológica y
diversos grupos de opinión están promoviendo una campaña de opinión a favor
de la clonación denominada terapéutica y la derogación de las trabas legales
para investigar con células madre de embriones humanos "sobrantes" de
la fecundación artificial. Se está confundiendo a la opinión pública,
creando falsas expectativas, y se está jugando con los sentimientos y
necesidades de los enfermos.
Los
que esto hacen están, sin duda, condicionados por fuertes intereses
ideológicos y aun económicos, como ha sido denunciado por muchas voces
autorizadas: "La decisión de algunos países de usar embriones humanos o
incluso producirlos para propósitos terapéuticos tiene el respaldo de grandes
inversionistas. Mientras tanto, programas éticamente aceptables y
científicamente válidos que usan células madres de adultos para algunas
terapias, con no menor éxito, atrae poco apoyo porque implica menos
ganancia" .
4.
Respeto incondicionado a todo embrión humano
A
la luz de los conocimientos biológicos actuales, el embrión humano es, a
partir de la fusión de los gametos, un individuo humano con una identidad bien
definida por un código genético propio y exclusivo, el cual comienza desde ese
momento su propio desarrollo coordinado, continuo y gradual, de tal modo que en
ningún momento puede ser considerado como una simple masa de células.
"La
Iglesia siempre ha enseñado y sigue enseñando, que al fruto de la generación
humana, desde el primer momento de su existencia, se ha de garantizar el respeto
incondicional que moralmente se le debe al ser humano en su totalidad y unidad
corporal y espiritual: El ser humano debe ser respetado y tratado como persona
desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se
le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho
inviolable de todo ser humano inocente a la vida" .
El
embrión humano merece la misma protección, sea viable o inviable para su
transferencia al útero, mientras esté vivo. Distinguir entre embriones viables
y no viables a efectos de darles un tratamiento jurídico diferenciado, sería
contrario a la protección que el embrión merece en cuanto ser humano.
5.
Progreso científico y ética, al servicio de la dignidad humana
Es
clara la conclusión: por muy noble que sea el fin perseguido, es inaceptable
moralmente la producción, manipulación y destrucción de embriones humanos.
Nunca se puede instrumentalizar al ser humano. La ciencia y la técnica
requieren la ética para no degradar sino promover la dignidad humana.
Hay,
sin embargo, otras alternativas moralmente lícitas, como la utilización de
células madre procedentes de organismos adultos para lograr los mismos fines
que se pretenden alcanzar con las células madres embrionarias. Esta es la vía
más razonable y humana que se ha de seguir para un verdadero progreso en este
nuevo campo que se abre a la investigación y que ofrece una gran esperanza para
muchas personas enfermas.
Por
todo ello, queremos concluir mostrando nuestro apoyo al progreso científico y
la investigación que ayuden a mejorar las condiciones de vida del ser humano; y
congratularnos por los multiples avances de las ciencias biomédicas en las
últimas décadas, que han permitido logros significativos en la lucha contra la
enfermedad y han hecho posible un notable incremento de la esperanza de vida y
mejor calidad de la misma para una parte importante de la humanidad.
Asimismo,
pedimos a las autoridades que encaucen los recursos públicos hacia campos de
investigación que respeten de modo pleno la inviolable dignidad que
corresponde a toda persona, desde el momento de su concepción hasta el de su
muerte natural. La investigación científica (como la economía, la
política, etc.) debe dejarse orientar por la ética para que sirva
verdaderamente al hombre, que nunca debe ser utilizado como un objeto, sino
que siempre ha de ser reconocido y tratado conforme a su dignidad.
Sobre
las razones de la inmoralidad de la reproducción "in vitro", cf.
CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Instrucción Donum vitae sobre el
respeto de la dignidad humana naciente y la dignidad de la procreación,
22.II.1987.
JUAN
PABLO II, Discurso, 13.IV.2002.
JUAN
PABLO II, Carta encíclica Evangelium Vitae, n. 60.
Cf.
ACADEMIA PONTIFICIA PARA LA VIDA, Declaración sobre la producción y el uso
científico y terapéutico de las células estaminales embrionarias humanas,
25.VIII.2000.
Véase
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, Instrucción pastoral La familia, santuario de
la vida y esperanza de la sociedad, 27.IV.2001: capítulo 3, sobre el
"Evangelio de la vida", nn. 100-132.