Nicolo Maquiavelo
EnciCato
Historiador y hombre de estado, nacido el 3 de Mayo de 1469 y murió el 22 de
Junio de 1527 en Florencia. Se dice que su familia era descendiente de los
viejos marqueses de la Toscana y de haber dado a Florencia trece estandartes de
justicia. Su padre, Bernardo, fue abogado y laboró como Tesorero de las Marchas,
pero distaba de ser pudiente. De los estudios de Nícolo solo sabemos que fue
pupilo de Marcelo Virgilio. En 1498 fue electo secretario de la Baja
Chancillería de Signory y en años siguientes ocupó el mismo cargo bajo los Diez.
Casualmente, durante catorce años tuvo a su cargo la correspondencia local y
extranjera de la republica, el registro de los juicios, mantener las minutas de
los concilios y la redacción de los borradores de tratados con otros estados.
Aún más, fue enviado en varias funciones a una ú otra localidad dentro del
Estado de la Toscana y en veintitrés ocasiones actuó como legado en importantes
embajadas con príncipes extranjeros; por ejemplo con Catalina Sforza (1499), a
Francia (1500, 1510, 1511), al emperador (1507, 1509), a Roma (1503, 1506), con
Cesar Borja (1502), con Gian Paolo Baglione en Perugia, Petrucci en Siena y a
Piombino. En esas embajadas dio evidencia de su maravillosa habilidad de
observación y entendimiento de los pensamientos ocultos de los hombres con quien
trabajaba, pero sin grandes destrezas diplomáticas. Posterior a la derrota de
Francia en Italia (1522), los Médicis nuevamente adquirieron control de
Florencia: el Secretario fue despedido y exiliado de la ciudad por un año.
Cuando se descubrió el complot contra el Cardenal Giovanni de Médici, Maquiavelo
fue acusado como uno de los cómplices y torturado, pero fue puesto en libertad
cuando el Cardenal se convirtió en Papa Leo X. Entonces se retira a una
propiedad que tenia en Strada, cerca de San Casiano, donde se dedico al estudio
de los clásicos, especialmente Livy, y a escribir sus historias políticas y
literarias. Ambos Leo X y Clemente VII procuraron su consejo en asuntos
políticos y muchas veces fue empleado en misiones que afectaban asuntos de
estado: como enviado a Francesco Guaccardini, el líder papal en Romagna y
General del Ejercito de la Liga, y en asuntos relacionados a la fortificación de
Florencia. Se esforzó en vano en obtener un puesto público bajo los Médicis,
estando listo aún a sacrificar sus opiniones políticas para este propósito.
Retorno a su casa luego del saqueo de Roma (12 de Mayo de 1527) cuando el poder
de los Médici había sido nuevamente derrocado, pero su antiguo partido político
se torno en su contra como a uno que simpatiza con tiranos. Murió poco después.
Los escritos de Maquiavelo consisten de las siguientes obras:
Históricos: "Storie Fiorentine", que va desde la caída del Imperio al 1492,
dedicada a Clemente VIII, y la realizo a su pedido. "Descrizione del modo tenuto
dal duca Valentino nello ammazzare Vitellozzo Vitelli, etc."; "Vita di
Castruccio Castracane"; "Discorsi sopra laprima deca di Tito Livio"; "Descrizione
della peste di Firenze dell'anno 1527"; a este grupo también pertenecen sus
cartas de sus embajadas así como escritos menores sobre los asuntos de Pisa,
Lucca, Francia y Alemania.
Políticos: "Il Principe", "Discorso sopra il Riformare lo Stato di Firenze"; "Dell'arte
della guerra", y otras obras militares.
Literarios: Dialogo sulle lingue"; cinco comedias: "Mandragola"; "Clizia";
comedia en prosa; "La Andria" de Terenza, una traducción; una comedia en versos;
"I Decennati" (una historia métrica de los años 1495-1504); "Dell' Asino d'oro",
escrito sobre temas morales; "La serenata"; "Canti Carnas cialesehi"; una
novela, "Belfagor", etc.
El carácter personal de Maquiavelo ha sido ampliamente discutido, y en ambos
extremos sus meritos y deméritos han sido exagerados, pero de manera que sus
deméritos han prevalecido en detrimento a su memoria. El maquiavelismo se ha
convertido en sinónimo de traición, intriga, subterfugios y tiranía. Se ha dicho
que "Old Nick" el popular nombre del Diablo en el mundo anglo-sajón se deriva
del de Nícolo Maquiavelo. Esta cuestionable fama se la ganó por su libro El
Príncipe y sus teorías ahí expuestas, que fueron subsecuentemente elaboradas en
su "Discorsi sopra Livio". Para entender El Príncipe correctamente se debe de
entender que no es un tratado en política exterior. Su único propósito es
examinar como mejor construir y establecer un reino; tampoco es una discusión
abstracta, pero se lleva a cabo de acuerdo a un perenne ideal de Maquiavelo, que
una Italia unida era posible y en el último capítulo de la obra exhorta a los
Médicis de Florencia (Giuliano y Lorenzo) a su realización. Su norte era indicar
como hacerlo; no trató abstractos principios ni argumentos, pero recogió
ejemplos de la antigüedad clásica y de eventos recientes, especialmente de la
carrera de Cesar Borja. Por ende El Príncipe es un tratado político con un
propósito definido y centrado en una localización particular. Lograr el fin de
acuerdo a los resultados es el único criterio para la utilización de los medios,
y que aún las enseñanzas de la ley moral deben de ceder para lograr el fin
buscado. Buena fe, clemencia y moderación no son descartadas, pero enseña que
los intereses del estado están por encima de todas las virtudes individuales.
Estas virtudes pueden ser útiles y cuando lo sean, el Príncipe debe de usarlas:
pero mayormente tratando con un oponente son una limitación, no por sí mismas,
sino por razón de la maldad de los demás.
Quien pudiera prevalecer contra la traición, crimen y crueldad de los demás debe
a su vez ser él ambiguo y engañoso con sus oponentes y aún en eliminarles, como
lo hizo Cesar Borja. Mientras que al contrario Gian Paolo Baglione erró al no
encarcelar o matar a Julio II en el 1506 cuando entró desprotegido a Perugia (Discorsi
sopra Livio, I, xxvii). Así un Príncipe debe de alejarse del crimen no solo
cuando perjudique sus intereses, también cuando sea innecesario. El debe de
tratar de ganar el amor de sus súbditos simulando virtudes, si es que el no las
poseyera; debe de estimular el comercio de modo que sus súbditos ocupados en
enriquecerse no tengan tiempo para la política; debe de mostrar preocupación por
la religión ya que es un potente medio para mantener sus súbditos sumisos y
obedientes. Tales son las enseñanzas generales de El Príncipe, que muchas veces
han sido refutadas. Como teoría, al maquiavelismo se le podría llamar una
innovación; pero en la práctica es tan antigua como las sociedades políticas.
Fue una obra muy inmoral que arranca la política de toda moralidad, y fue
correctamente puesta en el 1559 en el Índice (de libros prohibidos). Cabe notar
que El Príncipe con su glorificación del absolutismo se opone totalmente a los
ideales democráticos de su propio autor, esto le llevó a la ruina. Para explicar
esta dificultad, no es necesario decir que el libro es una sátira, ni que es
evidencia de cuan fácil su escritor podría cambiar sus creencias políticas para
estar en gracia con los Médici. Así como Maquiavelo amaba la libertad y a
Florencia él soñaba con una Gran Italia para los italianos. Como persona
práctica entendió que su sueño se podía llevar a cabo únicamente por un Príncipe
de carácter y energía que caminara en los pasos de Cesar Borja y que entendiera
que el bien individual se debe de someter al bienestar general.
Como historiador, Maquiavelo es una excelente fuente de información de lo que a
su parecer sucedió en sus varias embajadas, pero hay que ver que él da a todo
unos inconscientes giros para ajustar las cosas conforme a sus generalizaciones.
Esto es aún más marcado en sus narraciones de lo que leyó o escuchó y sirve para
explicar las discrepancias en las cartas que escribió durante sus embajadas a
Cesar Borja, la "Descrizione", etc., las imágenes ideales que pinto de sus
asuntos con Alemania, su vida de Castruccio Castracane que es también un romance
histórico según el carácter de Agatocles en Plutarco. No conocía nada de crítica
histórica, pero demostró como los eventos históricos fluían obedeciendo ciertas
leyes generales, y este es su gran merito como historiador. Su preferencia
natural fue la política, pero su envolvimiento en materias militares demuestran
tanta destreza que nos sorprenderían, esto aunque no supiésemos que nunca fue
militar. Reconoció que para un estado ser fuerte tenia que tener un ejercito
regular y sostiene esto no solo en El Príncipe y el "Discorsi" pero en sus
varios escritos sobre la milicia. Las amplias y estables leyes de tácticas
militares las expone magistralmente, curiosamente hay que notar que no pone
mucho énfasis en las armas de fuego.
Su estilo siempre fue claro y conciso, su razonamiento cercano y ordenado. La
poesía que dejo no prueba ningún talento poético, pero sus comedias son hábiles
y exitosas como composiciones y solo a veces llevan claros indicios de la
laxitud moral del autor (esto también se demuestra en las cartas a sus amigos) y
de la época en que él vivió. Su "Mandragola" y "Clizia" son no mas que pochadas
y no pierden oportunidad en atacar la religión. Maquiavelo no escondió su
disgusto hacia el Cristianismo el cual elevando la humildad, mansedumbre y la
paciencia, decía él, que debilitó los instintos patrióticos y sociales de la
humanidad. Por ende se mofa de Savanorola que fue el salvador de la democracia,
y tenia un disgusto particular contra el poder temporal de la Santa Sede, ya que
vio en ella el mayor obstáculo a la unidad de Italia. Para utilizar su propia
expresión: era demasiado débil para controlar toda la península, pero muy fuerte
para permitir a otro estado traer la unidad. Esto explica porque él no tiene
palabras de admiración para Julio II y sus políticas italianas. Fue solamente
como un oportunista que corrió tras el favor de León X y Clemente VII. Sin
embargo, cuando moría recordó que era cristiano y cristianamente murió aunque su
vida, hábitos e ideales eran paganos y un típico representante del renacimiento
italiano.
Opere di Macchiavelli, ed PASSERINI FANFANI E MILANESI (6 vols., Florence,
1873-77); The Works of Nicholas Machiavel, Faithfully Englished (London, 1695);
Lettere famigliari, ed. ALVISI (Florence, 1883); NITTI, Macchiavelli nella vita
e nelle opere (Naples, 1876); VILLARI Machiavelli and his Times (tr. London,
1892); RANKE, Zur Kritik neuerer Geschichtsschreiber (1824); MACAULAY, Critical
and Historical Essays (Edinburgh, 1827); MOHL, Die Macchiavelli Litteratur in
Geschichte und Literatur der Staatswissenschaften, III (Erlangen, 1855-8);
PASTOR, History of the Popes, tr. ANTROBUS, V, VI (St. Louis, 1902), passim;
DYER, Machiavelli and the Modern State (Bos ton, 1905); VAUGHAN, Nicolò
Machiavelli in Dublin Remew (April, 1909); MORLEY, Miscellanies (London, 1907).
Works against Machiavelli were written by: CARDINAL POLE; CATA RINO; the
Calvinist GENTILLET, Discours d'Estat . . . contre Nicol. Machiavel (1576);
OSORIUS, De nobilitate christiana (Rome, 1592); POSSEVINO, Judicium de quatuor
scriptoribus (Rome, 1592)' FREDERICK II or PRUSSIA, whose Anti-Machi avel was
edited by VOLTAIRE (Amsterdam, 1741). Machiavelli was defended by SCIOPPIUB,
COURING, CHRISTINUS, BOLLMANN. N. H. THOMSON has translated into English The
Prince (Oxford, 1897) and Machiavelli's Discourses (London, 1883).
U. BENIGNI
Transcrito por el "Claremont Institute"
Traducido por Anónimo de Borinquen