Sabbath
EnciCato
Sábado
(Heb. shabbath, cesar, descansar; Gr. Sabbaton; Lat. Sabbatum).
El séptimo día de la semana entre los hebreos; contado de anochecer a anochecer,
o sea, desde el viernes al anochecer al atardecer del sábado.
Prescripciones concernientes al Sábado
El Sábado era un día de descanso “consagrado a Yahvé” (Ex., 16, 23; 21, 15; Dt.,
5, 14). Todo tipo de trabajo estaba prohibido incluyendo tanto a los extranjeros
como a los israelitas, a los animales como a los hombres (Ex.20, 8-10; 31,
13-17; Dt. 5, 12-14). Las acciones particulares siguientes se mencionan como
prohibidas: cocinar (Ex. 16, 23); recoger maná (16, 26 ss.); sembrar y segar
(34, 21); encender fuego (para cocinar, 35, 3); buscar leña (Nm., 15, 32 ss.);
llevar cargas (Jr. 17, 21-22); pisar uvas, acarrear haces de trigo, y poner
cargas en los animales (Ne 13, 15); vender (Ne 13., 15 ss.). Viajar, al menos
por motivos religiosos, no estaba prohibido; la prohibición de Ex. 16, 29, se
refiere solamente a salir al campo para recoger comida; se sobreentiende que no
hay prohibición cuando se trata de la institución de las reuniones sagradas (Lv.
23, 2-3, texto hebreo), y era acostumbrado en tiempo de los reyes
(2 R 4, 23). Sin embargo, en un periodo posterior, todo movimiento fue limitado
a una distancia de 2000 codos ( entre cinco y seis estadios ), o una “jornada
sabática” (Hch 1, 12). Una abstención total del trabajo estaba prescrita
únicamente para el Sábado y para el Día de la Expiación; en las demás fiestas el
trabajo servil estaba prohibido (Ex 12, 16; Lev 23, 7 ss.). La violación
intencionada del Sábado era castigada con la muerte (Ex 31, 14-15; Num. 15,
32-36). La prohibición del trabajo hizo necesaria la preparación de alimentos, y
todo aquello que pudiera ser necesitado, el día anterior al Sábado, conocido por
tanto, como día de preparación , o Parasceve (paraskeue; Mt. 27, 62; Mc 25, 42;
etc.). Además de la abstención de trabajar, se prescribían observancias
religiosas especiales. (a) Los sacrificios diarios eran doblados; es decir, por
la mañana eran ofrecidos dos corderos sin tacha de un año, y otros dos por la
tarde, doblando también la cantidad normal de harina amasada con aceite y del
vino de libación (Nm. 28, 3-10). (b) Los panes nuevos de la Presencia eran
colocados ante el Señor (Lv. 24, 5; 1 Cro 9, 32). (c) Una asamblea santa se
convocaba en el santuario para realizar un ritual solemne (Lv 23, 2-3, Texto Heb;
Ez 46, 3). No tenemos ningún detalle de lo que hacían aquellos que vivían lejos
del santuario. El culto en las sinagogas es del periodo pos exílico;
probablemente sea el desarrollo de una costumbre antigua. En los días más
recientes, la gente iba a oír las instrucciones de los profetas (2 R 4, 23), y
es probable que los encuentros para edificación y oración fueran normales desde
tiempos más antiguos.
Significado del Sábado
El sábado era la consagración a Dios de un día del periodo semanal como autor
del universo y del tiempo. Siendo así, el día del Señor, era obligatorio que la
persona se abstuviera de trabajar para sus propios fines o intereses, ya que
trabajando tomaría el día para sí mismo en lugar dedicar su actividad a Dios con
los actos especiales del culto positivo. Después de la alianza sinaítica , Dios
mantuvo su relación con Israel como Señor de la Alianza. De ese modo el Sábado
también llegó a convertirse en una señal y su observancia en un reconocimiento
de la alianza: "Di a los israelitas: No dejéis de guardar mis sábados, porque el
sábado es una señal entre mí y vosotros, de generación en generación, para que
sepáis que yo soy Yahvé, el que os santifico” (Ex 31, 13). Pero mientras el
Sábado era ante todo un día religioso, tenía también su lado social y
filantrópico. Era además día de descanso y esparcimiento, particularmente para
los esclavos.
(Dt. 5, 14). Con motivo del doble carácter, religioso y filantrópico del día, se
dan dos diferentes razones para su observancia. La primera está tomada del
descanso de Dios en el séptimo día de la creación: "Pues en seis días hizo Yahvé
el cielo y la tierra,... y el séptimo descansó; por eso bendijo Yahvé el día del
sábado y lo santificó.” (Ex. 20, 11; 31, 17). Esto no significa que el Sábado
haya sido instituido en el momento de la Creación, como algunos comentadores
piensan, sino que los israelitas querían imitar el ejemplo de Dios y descansar
en el día que Él había santificado con su descanso. El Sábado como señal de la
alianza sinaítica recordaba la salida de la esclavitud de Egipto. Por eso, en
segundo lugar, a los Israelitas se les ordena recordar que una vez fueron
esclavos en Egipto, y por tanto, en agradecimiento y memoria de su salida
deberían descansar y permitir también que sus siervos descansaran (Dt. 5,
14-15). Como recordatorio de los beneficios de Dios a Israel el Sábado suponía
un día de alegría (Is 57, 13) y así era en la práctica (cf. Os 2, 11; Lam 2, 6).
No se hacía ayuno en Sábado (Jdt 8, 6) por el contrario, los alimentos más
selectos se servían a los amigos invitados.
Origen del Sábado
La primera mención del Sábado está en conexión con la caída del maná (Ex 16, 22
ss.), pero ahí se presenta como una institución ya conocida de los israelitas.
Por consiguiente la legislación sinaítica sólo dio fuerza de ley a una costumbre
existente. El origen de esta costumbre está envuelta en oscuridad. No fue tomada
de los egipcios, ya que la semana de siete días terminando con un día de
descanso les era desconocida. En años recientes se ha defendido una teoría de
origen babilónico. Una tableta cuneiforme presenta el shabattu como el
equivalente um nuh libbi, "día de apaciguamiento del corazón" (de los dioses).
Además, un calendario religioso con el mes intercalar Elul y el mes Marchesvan
menciona los días 7, 14, 21, 28, y 19; éste porque probablemente era el día 49
(7x7), desde el comienzo del mes precedente, como días en los cuales el rey, el
mago y el médico se debían abstener de realizar ciertos actos. El rey, por
ejemplo, no tenía que comer alimentos preparados al fuego, vestirse con vistosos
vestidos, montar en un carro, o ejercer actos de autoridad. Estos días eran
entonces días propicios, por tanto días shabattu. Tenemos así periodos de siete
días, el último de los cuales estaba marcado por la abstención de ciertas
acciones y llamado shabattu, en otras palabras, el equivalente al Sábado. Un
origen babilónico no es en sí mismo improbable, ya que Caldea era originalmente
la pátria de los hebreos, pero no hay ninguna prueba de que éste sea el caso. La
lectura de shabattu es incierta, tampoco shapattu es probable. Por otra parte,
no hay evidencia de que estos días fueran llamados shabattu; los signos así
leídos se encuentran unidos sólo al día 15 del mes, donde, sin embargo, sha
patti, "división" del mes sea la lectura más probable. Además, estos días
difieren completamente del Sábado. No eran días de descanso general, ya que los
asuntos se llevaban como en otros días. La abstención de ciertos actos tenía por
objeto calmar la ira de los dioses; Así que estos días eran días de penitencia,
no de júbilo como el Sábado. Finalmente, aquellos, seguían las fases de la luna,
mientras que el Sábado era independiente de ellos. Ya que el Sábado siempre
aparece como una fiesta semanal sin conexión con la luna, no puede decirse que
se derive de la fiesta babilónica de la luna llena como pretenden algunos
escritores, ni siquiera del quinceavo día del mes cuya designación shabattu
tiene un carácter dudoso.
Observancia del Sábado
Las violaciones del Sábado parece ser que eran bastante comunes antes y durante
el exilio (Jer 17, 19 ss., Ez 20, 13. 16. 21. 24; 22, 8; 22, 38); por tanto los
profetas ponían gran énfasis en su correcta observancia (Am 8, 5; Is, 1, 13; 58,
13-14; Jer, refer. cit. ; Ez, 20, 12 ss.). Después de la Restauración, el día
fue profanado abiertamente, y Nehemías encontró algunas dificultades para
detener el abuso (Ne13, 15-22). Sin embargo, enseguida, apareció un movimiento
que se inclinaba hacia una meticulosa observancia que sobrepasó lo que
contemplaba la ley. En tiempo de los Macabeos los fieles judíos se dejaban
masacrar antes de luchar en Sábado (1 M 2, 35-38); Matatías y sus seguidores se
dieron cuenta de que dicha actitud era equivocada y decidieron defenderse si
eran atacados en Sábado, aunque ellos no asumían la ofensiva (1 M 2, 40-41;
2 M 8, 26). Bajo la influencia del rigorismo de los fariseos fue elaborado un
sistema de pequeñas y gravosas reglas, mientras que el más alto propósito del
Sábado se perdía de vista. El tratado Shabbath de la Mishna enumera treinta y
nueve títulos principales de acciones prohibidas, cada una de ellas con
subdivisiones. Entre los principales títulos se encuentran acciones tan
insignificantes como tejer con dos hilos, coser dos puntadas, escribir dos
cartas, etc. Arrancar dos espigas de trigo se consideraba como segar, mientras
que frotarlas era una especie de trillado (cf. Mt 12, 1-2; Mc 2, 23-24; Lc 6,
1-2). Transportar un objeto del peso de un higo se consideraba como llevar una
carga; por esa razón, cargar una cama (Jn 5, 10) era una gran violación del
Sábado. Era ilegal curar en Sábado, o dar al enfermo una medicina a menos que su
vida estuviese en peligro. (cf. Mt 12, 10 ss.; Mc 3, 2 ss.; Lc 6, 7 ss.). Esto
explica por qué a los enfermos se les presentaba a Cristo después de la caída
del sol (Mc 1, 32). Incluso se prohibía usar un medicamento el día anterior si
aquel producía sus efectos en Sábado. En tiempo de Cristo se permitía sacar un
animal de un hoyo (Mt 12, 11; Lc 14, 5), pero esto fue más tarde modificado para
que no se permitiera agarrarlo y sacarlo fuera, aunque podría ayudársele a salir
con colchones o cojines. Estos ejemplos, que no son los peores, muestran la
estrechez del sistema. Sin embargo, algunas normas eran realmente gravosas, y un
tratado de la Mishna (Erubin) modera su rigor con sutiles artificios.
El Sábado en el Nuevo Testamento
Cristo, mientras observa el Sábado, protesta y actúa contra este absurdo
rigorismo que hace del hombre un esclavo del día. Reprendió a los escribas y
fariseos por poner cargas intolerables sobre los hombros de la gente. (.Mt 23,
4), y proclamó el principio que dice: “el sábado fue hecho para el hombre y no
el hombre para el sábado” (Mc 2, 27). Curó en Sábado, y defendió a sus
discípulos por arrancar espigas en ese día. En sus discusiones con los fariseos
sobre este tema mostró que no se viola el Sábado en caso de necesidad o por
actos de caridad. (Mt 12, 3 ss; Mc 2, 25 ss; Lc 6,3 ss; 14, 5). San Pablo
menciona el Sábado entre las observancias judías que no son obligatorias para
los cristianos (Col 2, 16; Gal 4, 9-10; Rom 14, 5). Los gentiles conversos
celebraban sus encuentros religiosos el domingo (Hch 20, 7; 1 Cor 16, 2) y con
la desaparición de las iglesias cristianas judías, este día fue observado
exclusivamente como el Día del Señor. (Ver DOMINGO)
EDERSHEIM, "Life and Times of Jesus II" (New York, 1897), 52-62, 777 sqq.;
SCHURER, "Hist. Of the Jewish People" (New York, 1891), see index; PINCHES, "Sapattu,
the Babylonian Sabbaath" in "Proceed. Of Soc. Of Bibl. Archeol." (1904), 51-56;
LAGRANGE, "Relig. Semit." (Paris, 1905), 291-5; DHORME in "Rev. bibl." (1908),
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1907); IDEM, Der Israelitische Sabbath" (Munster, 1909); KEIL, "Babel und
Bibelfrage" (Trier, 1903), 38-44; LOTZ, "Quaestiones de histor. sabbati" (1883);
LESETRE in VIGOUROUX, "Dict. de la bible", s.v. "Sabbat."
F. BECHTEL
Transcrito por John Looby
Dedicado a Christopher James Looby
Traducido por Alfredo Moreno Prieto