SÓFOCLES
Uno de los
tres grandes dramaturgos de la antigua Atenas, junto con Esquilo y Eurípides.
Sófocles nació en Colono Hípico (hoy parte de Atenas) alrededor del año 496 a.C.
Hijo de Sofilo, un acomodado fabricante de armaduras, Sófocles recibió la mejor
educación aristocrática tradicional. De joven fue llamado a dirigir el coro de
muchachos para celebrar la victoria naval de Salamina en el año 480 a.C. En el
468 a.C., a la edad de 28 años, derrotó a Esquilo, cuya preeminencia como poeta
trágico había sido indiscutible hasta entonces, en el curso de un concurso
dramático. En el 441 a.C. fue derrotado a su vez por Eurípides en uno de los
concursos dramáticos que se celebraban anualmente en Atenas. Sin embargo, a
partir del 468 a.C., Sófocles ganó el primer premio en veinte ocasiones, y
obtuvo en muchas otras el segundo. Su vida, que concluyó en el año 406 a.C.,
cuando el escritor contaba casi noventa años, coincidió con el periodo de
esplendor de Atenas. Entre sus amigos figuran el historiador Herodoto y el
estadista Pericles. Pese a no comprometerse activamente en la vida política y
carecer de aspiraciones militares, fue elegido por los atenienses en dos
ocasiones para desempeñar una importante función militar.
Sófocles escribió más de cien piezas dramáticas, de las cuales se conservan
siete tragedias completas y fragmentos de otras ochenta o noventa. Las siete
obras conservadas son Antígona, Edipo Rey, Electra, Áyax,
Las Traquinias, Filoctetes y Edipo en Colono (producida
póstumamente en el año 401 a.C.). También se conserva un gran fragmento del
drama satírico Los sabuesos, descubierto en un papiro egipcio alrededor
del siglo XX. De estas siete tragedias la más antigua es probablemente Áyax
(c. 451-444 a.C.). Le siguen Antígona y Las Traquinias
(posteriores a 441 a.C.). Edipo Rey y Electra datan del 430 al 415
a.C. Se sabe que Filoctetes fue escrita en el año 409 a.C. Estas siete
tragedias se consideran sobresalientes por la fuerza y la complejidad de su
trama y su estilo dramático, y al menos tres de ellas Antígona, Edipo
Rey y Edipo en Colono son consideradas unánimemente como obras
maestras. Antígona propone uno de los principales temas del autor: el
carácter de los protagonistas, las decisiones que toman y las consecuencias, a
menudo dolorosas, de estos dictados de la voluntad personal. Antígona
relata el rito funerario de su hermano Polinice, muerto en combate al
desobedecer el edicto de Creonte, gobernador de Tebas. El entierro del hermano
acarrea para Antígona su propia muerte, la muerte de su amante, Hemón, que no es
otro que el hijo de Creonte, y la muerte de Eurídice, esposa de Creonte. Áyax,
Filoctetes, Electra y Las Traquinias, repiten, en mayor o
menor grado, los temas ya expuestos en Antígona. Edipo Rey,
merecidamente famosa por su impecable construcción, su fuerza dramática y su
eficaz ironía, fue considerada por Aristóteles en su Poética, como la más
representativa, y en muchos aspectos la más perfecta, de las tragedias griegas.
La trama gira en torno al héroe mitológico Edipo, que poco a poco descubre la
terrible verdad de haber ascendido al cargo de gobernador de Tebas tras haber
asesinado involuntariamente a su padre, primero, y casándose con su madre, la
reina Yocasta, después. Edipo en Colono describe la reconciliación del ciego y
anciano Edipo con su destino, y su sublime y misteriosa muerte en Colono, tras
vagar durante años en el exilio, apoyado por el amor de su hija Antígona.
Sófocles es considerado hoy por muchos estudiosos como el mayor de los
dramaturgos griegos, por haber alcanzado un equilibrio expresivo que está
ausente tanto en el pesado simbolismo de Esquilo como en el realismo teórico de
Eurípides. Se le atribuyen numerosas aportaciones a la técnica dramática, y dos
importantes innovaciones: la introducción de un tercer actor en escena, lo que
permite complicar notablemente la trama y realzar el contraste entre los
distintos personajes, y la ruptura con la moda de las trilogías, impuesta por
Esquilo, que convierte cada obra en una unidad dramática y psicológica
independiente, y no en parte de un mito o tema central. Sófocles también
transformó el espíritu y la importancia de la tragedia; en lo sucesivo, aunque
la religión y la moral siguieron siendo los principales temas dramáticos, la
voluntad, las decisiones y el destino de los individuos pasaron a ocupar el
centro de interés de la tragedia griega.