Se trata de una breve encíclica del Papa Pablo VI, fechada el 15 de septiembre de 1966, en la que se solicitan, desde el punto de vista pastoral, oraciones a María durante el mes de octubre de aquel año por los graves acontecimientos mundiales que se estaban viviendo; particular-mente las guerras en Asia Oriental y las amenazas, entre bloques (Rusia-USA), con efectos de destrucción nuclear.
Por ello el Papa pide oraciones para conseguir la paz y que, entre dirigentes y pueblos, se propicien negociaciones. María es la reina de la paz. La Iglesia también grita en favor de la paz y favorece la paz, como puso de testimonio el propio Pablo VI, en su discurso ante las Naciones Unidas.
Raúl Berzosa Martínez