MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE, SANTA
Religiosa, propagadora de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Vida. N. el 22 jul. 1647 en Verosvres, cerca de Mácon (Borgoña), hija de
Claude Alacoque, notario real, y de Philiberte Lamyn. Fue la quinta de siete
hermanos (4 niñas y 3 niños, uno de los cuales sería sacerdote). Ingresó como
pensionista en las Damas Urbanistas de Charolles. Hizo su primera Comunión a los
9 años, edad precoz para aquella época. En 1656 murió su padre. A los 11 años
aproximadamente unos fuertes ataques de reumatismo la paralizan hasta 1661, en
que cura súbitamente, atribuyendo la curación a la Virgen María, a la que había
prometido «ser una de sus hijas»; pero habrían de pasar 10 años antes de que
pusiera en práctica su promesa. En efecto, estuvo, al igual que su madre, bajo
la tutela de su tío Toussaint Delaroche y, según confiesa ella, «muy a menudo yo
no pensaba en otra cosa que en buscar el placer, al poder gozar de mi libertad».
Sin embargo, durante ese tiempo, permaneció fiel a sus devociones. En 1669
recibió la Confirmación, añadiendo entonces a su nombre de pila el de María. Por
aquella fecha, estaba ya resuelta a hacerse religiosa y practicaba severas
penitencias con espíritu de reparación.
El 20 jun. 1671, a pesar de la oposición de su hermano Crisóstomo, entró
de monja en la Visitación (v. SALESAS) de Santa María de Paray-le-Monial «para
olvidar al mundo y ser olvidada». Después de un postulantado de 3 meses, el 25
ag. tomó el hábito. Tenía entonces 25 años. Muy avanzada ya en las prácticas de
la vida espiritual, experimentó, en cambio, una gran dificultad a plegarse a los
«puntos de oración» del noviciado así como a los diferentes trabajos materiales
que se le asignaban. Aprendió así a humillarse y a moderar por medio de la
obediencia su ardiente deseo de mortificación y de penitencias aflictivas. Las
visiones o mensajes interiores que recibe, al principio suscitan en sus
Superioras cierta «desconfianza», que explica la prolongación de su noviciado
por más de un año: hizo la profesión de votos el 6 nov. 1672. Se la confía
entonces el puesto de ayudante de enfermera, que cumple con las mismas
dificultades que durante su noviciado. Su Superiora, la Madre de Saumaise
(1672-78), la ordena hacia el mes de mayo de 1673 consignar por escrito todas
las comunicaciones interiores de las que era protagonista.
Las revelaciones del Sagrado Corazón. Es necesario situar dentro del
cuadro de la vida mística de M. lo que se ha llamado las «grandes revelaciones
del Sagrado Corazón», en relación con una serie de visiones o apariciones,
algunas de las cuales se remontan a un periodo anterior a la vida religiosa.
Esas revelaciones se distinguen, sin embargo, de aquellas primeras por su
carácter público, es decir, por estar destinadas a ser trasmitidas a muchas
personas. Según los recientes trabajos de J. Ladame, se pueden contar «treinta
relatos de apariciones: siete en la Autobiografía, once en los Escritos
(redactados) por orden de la Madre de Saumaise, dos en los Fragmentos, uno en
los Sentimientos de retiros, nueve en las Cartas». Se ha planteado si se trataba
de visiones intelectuales con palabras interiores o de visiones simbólicas del
Sagrado Corazón. Son posibles las dos explicaciones a la vez. Se trata -tal como
la Santa las describe- de una comunicación sobrenatural de Cristo Resucitado,
dirigida a recordar al mundo el deber de reparación y de corresponder a su amor
redentor, simbolizado por su Corazón en llamas y «luminoso como un sol».
La Santa descubrió tres revelaciones de más importancia que se sitúan
entre 1673 y 1675. La primera (27 dic. 1673), está marcada por el cambio místico
de corazones. Fue como una investidura de la joven religiosa «para el
cumplimiento del gran deseo de amor por los hombres», simbolizado por el
«corazón carnal cuya imagen Él quería que se expusiera por todo el mundo y por
todos fuese glorificado». La segunda revelación (viernes de la octava del Corpus
de 1674), pedía especialmente a la religiosa «la comunión frecuente» ... y,
sobre todo, «los primeros viernes de cada mes»... «Todas las noches, de jueves a
viernes, añadió Nuestro Señor, Yo te haré participar de esta mortal tristeza que
he querido padecer en el huerto de los Olivos»... Aproximadamente un año más
tarde, se le pedía en revelación «que el primer viernes después de la octava del
Santo Sacramento sea dedicado a una fiesta particular para glorificar su
Corazón, comulgando ese día y haciendo pública reparación por los pecados»... Al
cumplimiento de estas consignas iban unidas promesas de gracias y bendiciones.
Como consecuencia de esto, seis de dichas promesas, sacadas de diversos escritos
de la Santa, han servido de base para la redacción en estilo directo de lo que
se llama un poco abusivamente «las Promesas del Sagrado Corazón a S. Margarita
María».
Muchas de estas peticiones, al encomendar a la Santa tareas especiales, le
creaban problemas en relación con la estricta obediencia religiosa. M. debió
pues convencer a sus Superioras (primero la Madre de Saumaise, luego, en 1678,
la Madre Greyfié y en 1684 la Madre Melin) de lo fundamentado de su misión. Su
obediencia, su humildad y su valor triunfaron sobre la momentánea hostilidad de
la comunidad. Afortunadamente, M. había encontrado guía y apoyo en sus
directores espirituales: el P. Claudio de la Colombiére (m. 1675; v.), el P.
Rollin (1682) y el P. Croiset (1690), todos ellos ardientes propagadores de la
nueva devoción. M. tuvo la alegría de ver que la fiesta del Sagrado Corazón se
celebró, el 21 jun. 1686, en su propio monasterio, en el cual, a partir de 1684,
ejerció las funciones de Ayudante y luego de Directora de novicias.
A partir de entonces, empleó gran parte de su tiempoen la correspondencia
y a relatar al P. Croiset los favores de que había sido objeto. Mantenida en su
cargo de Asistente por la nueva superiora Madre Catherine Antoinette de Lévy-Cháteaumorand,
m. el 17 oct. 1690, después de corta enfermedad. Fue beatificada por Pío IX, el
18 sept. 1864, y canonizada por Benedicto XV, el 16 mayo 1920. Se celebra su
fiesta el 16 octubre (hasta 1969, el 17 octubre).
V. t.: CLAUDIO DE LA COLOMBIÉRE, BEATO
BIBL.: F. GAUTHEY, Vida y obras de S. Margarita M. de A., 3 vol., Madrid 1921; J. M. SÁEZ DE TEJADA, Vida y obras completas de S. Margarita M. de A., 2 ed. Madrid 1948; MONASTÉRE DE LA VISITATION DE PARAY-LE-MONIAL, Vie et oeuvres de la bienheureuse Marguerite-Marie Alacoque, 3 vol., 3 ed. París 1915; A. HAMON, Histoire de la Dévotion au Sacré-Coeur de lésus, 1. Vie de St. Marguerite-Marie, 5 ed. París 1933; BoUGAUD, Historia de la Bienaventurada Margarita M. de A. y de los orígenes de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, Buenos Aires 1944; E. TROUPTIN, St. Marguerite-Marie victime d'amour du Sacré-Coeur, París 1947; L. CRISTIANI, St. Marguerite Marie et les Promesses du Sacré-Coeur, París 1956; R. DARRICAU, Margherita Maria Alacoque, en Bibl. Sanct. 8,804-809; J. LADAME, Les Faits de Paray-le-Monial. Étude critique, París 1970
BERNARD BILLET
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991