MARIA GORETTI, SANTA
Joven italiana, mártir de la pureza. N. en Corinaldo (Ancona) el 16 oct. 1890.
M. el 5 jul. 1902. Beatificada el 27 abr. 1947. Canonizada, por Pío XII, el 24
jun. 1950. Se celebra su fiesta el 6 de julio.
La vida de M. G. apenas ofrece apoyo externo para una narración. Nacida de
una pobre familia de campesinos italianos, sus padres se llamaban Luis Goretti y
Assunta Carlini. Tuvieron cinco hijos de los que M. era la segunda. Su madre,
Assunta, tuvo el extraordinario privilegio de presenciar la canonización de su
hija en solemnísima función celebrada en la Plaza de S. Pedro. Con esa solemne
canonización, el Papa quería proponer a la santa como modelo de pureza, en una
época de creciente materialismo, en la que muchos habían perdido el amor a esta
virtud.
La familia Goretti vivía en Corinaldo, pero, ante las estrecheces
económicas que padecía, tuvo que abandonar las pocas tierras que tenía y
emigrar, primero a Colle Gianturco y, al cabo de dos años, a Ferriere di Conca,
a 11 Km. de Nettuno. Allí se instalaron como colonos del conde Mazzoleni. Eran
unas tierras extraordinariamente malsanas, pues formaban parte de la región
pantanosa del Agro Pontino, tradicionalmente infestado por la malaria. Luis, el
padre, murió al poco tiempo de aposentarse la familia en Ferriere y quedó sola
la madre con sus cinco hijos, el mayor de los cuales apenas tenía 13 años. Lo
que suponía trabajar en aquel ambiente es difícil imaginarlo hoy, pues la región
quedó hermoseada por el saneamiento a fondo que se realizó bajo Mussolini, y la
costa próxima ha adquirido un gran atractivo turístico.
Dada la extrema pobreza de la familia, a M. correspondió trabajar en el
campo como un hombre, apenas pudo hacerlo. Constantemente ocupada, tenía que
ayudar a su madre en las tareas domésticas, y para nada participaba en
diversiones ni amistades. Pero pese a este aislamiento, surgió una ocasión que
iba a terminar en su trágico martirio.
Había dos personas que vivían en la misma casa que los Goretti y eran
aparceros en las faenas agrícolas: Juan Serenelli y su hijo Alejandro, de unos
20 años. La casa tenía dos dependencias separadas, pero la escalera y la cocina
eran comunes para ambas familias. Alejandro, que al principio había mostrado una
conducta correcta, empezó a fijarse demasiado en M., al mismo tiempo que se daba
a lecturas deshonestas. Nunca M. dio motivo alguno como el mismo Alejandro
habría de declararlo después. La niña era muy modesta y miradísima en el vestir.
Tenía 12 años, pero su desarrollo superaba lo que podría esperarse en su edad.
En el corazón de Alejandro Serenelli se encendió una brutal pasión. Tentó a la
niña por dos veces y ella, aun no entendiendo enteramente de qué se trataba, le
rechazó.
El 5 jul. 1902 fue el tercer asalto. La ocasión la encontró Alejandro al
estar la casa vacía, porque todos se encontraban trillando habas en la era.
Solamente queda M., que cose una camisa que Alejandro le había mandado remendar
urgentemente, con el secreto designio de que la muchacha permaneciese allí. La
niña se intranquilizó al ver llegar a Alejandro, y más ante sus requerimientos,
que ella resiste. Alejandro intentó entonces forzarla, forcejeando con ella; y
al ver que no consigue nada, coge un hierro afilado y se ensaña con su tierna
víctima, que prefiere la muerte antes que pecar. Hasta 14 heridas traspasan su
vientre y el pecho, según pudieron apreciar los médicos que la reconocieron. A
las cinco horas una ambulancia lleva a M. al Hospital de los Hermanos de S. Juan
de Dios de Nettuno, donde se la somete a una operación dolorosísima, sin
anestesia. Ella lo sufre todo, perdona a su asesino, invoca a la Virgen y muere
poco después.
El agresor confesó de lleno su crimen, y se arrepintió de aquel acto de
locura. Condenado a 30 años de cárcel, mereció que le rebajasen su condena y
obtuvo el perdón de la misma familia Goretti. Al salir de la cárcel, una noche
de Navidad, la de 1938, acudió a la casa rectoral de Nettuno donde servía
Assunta. Volvió a pedir perdón, y aquella noche, en la misa del Gallo, comulgó
juntamente con la madre de la santa.
BIBL.: AAS 37 (1945) 234-236, 299-300; 39 (1947) 352-358; 40 (1948) 26-32; AURELID DELLA PASSIONE, La beata María Goretti, mártire della purezza, Roma 1950; C. F. NERONE, Maria Goretti, en Bibl. Sanct. 8,1072-1076
LAMBERTO DE ECHEVERRÍA.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991