Teresiana, Institución
Asociación de seglares creada por Pedro Poveda
Castroverde en 1911 que se propone la animación cristiana de la cultura a través
de la escuela, la familia, los medios de comunicación social y de los distintos
cauces por los que el hombre accede a ella.
Orígenes y fundación. Pedro Poveda (v.), nacido en Linares (Jaén), en 1874, se
traslada en 1894 a Guadix, donde se prepara para el sacerdocio y, al mismo
tiempo, se compromete en una interesante labor de regeneración humana y social
de los marginados que viven de un modo infrahumano en las cuevas excavadas en
los cerros arcillosos que rodean la ciudad. Esta acción social de avanzada en la
Andalucía natal fue decisiva y significó para él y su acción pedagógica
posterior una toma de conciencia que le sellará irrevocablemente. En 1906 se
traslada a Asturias, donde descubre que la función social de la educación viene
unida a un proceso de secularización (v.) creciente que, en ocasiones, se
convierte en incendiarismo revolucionario o debate anticlerical. Se tratade una
crisis intelectual generalizada pero que en España adquiere matices
especialmente conflictivos. Poveda advierte la necesidad de no separar las
realidades temporales del Evangelio, la cultura de la fe, y lanza un ambicioso
plan que titula Ensayo de proyectos pedagógicos para la fundación de una
Institución Católica de Enseñanza (1911). En él proponía la unión del
profesorado católico, capacitándolo pedagógicamente para una presencia
individual y responsable en las instituciones docentes, tanto oficiales como
privadas.
Para llevar a cabo este proyecto, Poveda fundó las Academias o centros para
preparar a los futuros maestros. La primera Academia femenina, llamada «de Santa
Teresa», nació en Oviedo en 1912. El equipo docente estaba formado sobre todo
por profesoras de la Escuela Normal y las alumnas procedían sociológicamente de
familias proletarias, mineras y campesinas, cuyos medios económicos eran muy
escasos. En este centro empezó Poveda a poner en práctica tanto las innovaciones
académicas relacionadas con las corrientes de la llamada Escuela Nueva, como la
promoción, a través de la cultura, de la mujer, que accedía a la vida social en
medio de una oleada de feminismos (v.) de todas clases, y, sobre todo, la
intuición fundamental de su vida: un programa de cristianismo comprometido para
el seglar que desea la cristificación del mundo desde las mismas estructuras
temporales.
En 1913 Pedro Poveda regresa a Jaén, donde había establecido otras dos Academias
(Jaén y Linares), llamadas también «de Santa Teresa» como todas las que fundara
posteriormente. En la Santa abulense veía él un modelo de mujer contemplativa y
activa especialmente apta para los nuevos tiempos. A partir de estos años se
registra de un modo creciente el acceso femenino a la vida universitaria, y el
Padre Poveda funda la primera residencia para las jóvenes de la Escuela Superior
del Magisterio (cuya función sería equiparable a la actual Facultad de Ciencias
de la Educación) y para universitarias, en mayo de 1914, en Madrid.
Para 1917, abiertas las Academias de Oviedo, Linares, Jaén, Madrid y Málaga, se
imponía una cierta unificación, y el Padre decide reagruparlas y presentarlas a
la Iglesia asociando a profesoras y alumnas más comprometidas en una Pía Unión
que fue aprobada, a escala diocesana, por el Obispo de Jaén, Fray Plácido Ángel
Rey Lemos, en 1917. Nacía así a la vida pública la Institución Teresiana.
Actividades. Como lazo de unión de los distintos centros educativos fundados,
Poveda creó el «Boletín de las Academias de Santa Teresa de Jesús», que primero
se editó en Linares (1913), después pasó a Jaén y, por último, en 1921, a
Madrid. La problemática del Boletín es amplia. Desde la necesidad de trabajar en
favor de la cultura popular de los obreros hasta artículos en defensa de la
educación de la mujer, comentarios evangélicos, crónicas de la vida de los
distintos centros, etc. Asimismo ocupa un buen espacio todo lo que se refiere al
desenvolvimiento de las asociaciones femeninas católicas, especialmente la
«Acción Católica de la Mujer», cuyo primer local se instaló en Madrid (calle
Serrano, 16), donde funcionaba la Residencia de estudiantes de la Escuela
Superior de Magisterio, creada por Poveda.
A partir de 1913 colabora intensamente con el sacerdote linarense Josefa Segovia
Morón (n. en 1891 en Jaén), de la tercera promoción de la Escuela Superior de
Magisterio, y que asumiría la dirección del Internado y Academia de Jaén hasta
que en 1916 se incorporó a su puesto oficial(Inspectora de Primera Enseñanza).
Desde allí supo reflejar fielmente el ideal intuido por Poveda, su programa de
presencia cristiana: la profesión vivida como los demás, pero de otra manera, la
visión sobrenatural de la realidad que se abre a una certeza fundamental en los
hombres y en las cosas porque cree en la acción de la gracia.
Sabía Josefa Segovia hacer de sus visitas a los maestros ocasiones para infundir
ánimos, ayuda, apertura en los horizontes profesionales en un clima de
cordialidad humana y sobrenatural. No regateó tiempo ni energía afrontando
viajes difíciles, a caballo y a pie, si era necesario. Cuando dejó su puesto de
trabajo en la Inspección ante la urgencia de atender a la organización de la I.
T., de la que era ya Directora General, los maestros de la zona fueron el mejor
testimonio de la «semilla de celo, de piedad, de dulzura y de energía» que les
había dejado su obra de inspectora. Su labor fue decisiva a la hora de marcar un
derrotero de acción en las zonas rurales a través de la capacitación del
magisterio, con dificultades peculiares en el seno de una población diseminada,
con escasas comunicaciones. Este campo de acción tan interesante como
desconocido fue una de las tareas a las que la naciente I. T. consagraría más
esfuerzos, tiempo y dedicación.
En 1923 Pedro Poveda y Josefa Segovia decidieron presentar la obra en Roma,
obteniendo la aprobación pontificia el 11 en. 1924. Pío XI en el Breve ínter
Frugiferas constituía a la I. T. en Pía Unión y la aprobaba a perpetuidad. Por
entonces, la obra de Poveda se había extendido a doce poblaciones de importancia
y la Iglesia veía en ella una fecunda promesa de lo que podía ser la labor del
seglar y la misión del laicado en el Pueblo de Dios. Por otro lado, los centros
realizaban una interesante labor de ayuda a la Iglesia local y de colaboración
con otras asociaciones y movimientos, tal es el caso de la Acción Católica
Femenina, la Cruz Roja, Damas Catequistas, Sindicatos Femeninos Católicos,
Asociación Nacional de los Padres de Familia, Federación de Amigos de la
Enseñanza, etc., a través de los cuales los seglares participaban en las tareas
eclesiales.
Desarrollo y expansión. En 1928 la I. T. se había extendido por toda España y,
sintiendo la urgencia de llevar al mundo entero a través de la educación y la
cultura su presencia cristiana animadora, lanza los primeros miembros con
destino a Santiago de Chile. La gran difusora del movimiento de Poveda en estos
países -Argentina, Chile, Uruguay, Perú, Bolivia y Méjico- fue Carmen Cuesta del
Muro (1890-1968), doctora en Derecho, que desempeñó el cargo de secretaria de la
Asamblea Nacional durante la dictadura de Primo de Rivera. Todos los grados de
la educación, desde las asociaciones de profesionales universitarias hasta las
escuelas rurales, conocieron en Latinoamérica el afán cultural y evangelizador
de Carmen Cuesta.
Otra colaboradora de Poveda desde los primeros tiempos de Asturias fue la
socióloga y periodista María de Echarri (1878-1955), que actuó especialmente en
obras de protección a la mujer y fundó los Sindicatos Femeninos Católicos. Fue
la primera voz femenina que se dejó oír en las Semanas Sociales de España y sus
ponencias sobre «El trabajo de la mujer» (Valencia 1907 y Pamplona 1912)
tuvieron especial trascendencia. A la vez simultaneó estas actividades con el
periodismo: colaboró habitualmente con «El Diario de Barcelona», «El Universo»
de Madrid, «El Diario Montañés» de Santander, etc.;y en el campo de la promoción
de la mujer trabajó hasta lograr la aprobación de la Ley de la Silla.
Pedro Poveda murió fusilado junto al cementerio de la Almudena, en Madrid, el 28
jul. 1936. Actualmente está en curso su proceso de beatificación y canonización.
A partir de este momento recaería en Josefa Segovia -cofundadora de la I. T.
junto con Povedá- la responsabilidad máxima. Josefa Segovia, que había recibido
en 1934 la cruz Pro-Ecclesia et Pontífice, una vez finalizada la contienda civil
española, se propuso llevar a la práctica los proyectos que Poveda dejó sin
concluir. Inició una etapa de expansión y desarrollo de los centros existentes
de modo que en 1957, año de su muerte, la Institución se había extendido
prácticamente por todos los continentes y trabajaba seria y activamente en la
investigación y la enseñanza. A los ocho años de su muerte se iniciaron los
trámites para el proceso de beatificación y canonización que -en su etapa
diocesana- concluyó en 1973.
Desde 1957 la Directora de la 1. T. es Carmen Sánchez Beato, licenciada en
Derecho, de Astorga (León), que conoció y colaboró con Pedro Poveda desde 1930.
Caracteres. Poveda tenía en gran estima los valores humanos, pero una humanidad
perfeccionada y divinizada porque había sido asumida por el Verbo; por eso la
condición de la Institución creada por él es netamente secular, que profundiza
en el significado del conjunto de la experiencia humana en sus diferentes
aspectos: familiar, profesional, cultural, social, económico, político, etc., y
la relaciona con el misterio de Cristo. Junto a un estilo humano hecho de
preparación profesional seria y responsable, un estilo cristiano que ha sido
calificado de «hallazgo espiritual povedano», un modo de vivir lo sacro «como
los primeros cristianos». Sencillez, naturalidad, pasar desapercibidos entre las
gentes pero con la singularidad de la virtud más verdadera. Un estilo que «para
conseguirlo -decía él- necesitáis sacrificaros mucho y amar mucho».
Los miembros de la Institución trabajan actualmente en el campo educativo no
sólo escolar sino también familiar, preparando profesorado competente, creando
nuevos instrumentos didácticos y utilizando los medios de comunicación más
idóneos para llegar a todos los ambientes sociales. Geográficamente la
asociación se halla extendida por Europa (España, Francia, Italia, Portugal,
Alemania, Bélgica, Holanda, Gran Bretaña, Irlanda y Austria), en América del
Norte, del Centro y del Sur (Estados Unidos, Canadá, Méjico, Panamá, Guatemala,
Costa Rica, Perú, Venezuela, Colombia, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil), en
Asia (Jordania, India, Filipinas, Japón, Formosa), en África (Zaire, Angola,
Mozambique), en Oceanía (Australia).
V. t.: POVEDA CASTROVERDE, PEDRO.
FRANCISCA ROSIQUE NAVARRO.
BIBL.: GABRIELA ARANíBAR Y FERNÁNDEZ DÁVILA, La
mujer en el mundo nuevo de Pedro Poveda (Sesión conmemorativa de la UNESCO),
París 1974; MARGARITA BARTOLOMÉ, Pedro Poveda la pedagogía ambiental, «Eidos»,
Madrid en.-jun. 1974; VERA MARÍA CANDAu, Educación y participación en el
pensamiento de Pedro Poveda, ib.; FELISA ELIZONDO, Condición humana y gracia en
Pedro Poveda, «Eidosl, Madrid die-jul. 1974; ANGELEs GALINO, Pedro Poveda,
acción y programa, ib.; VíCTOR GARCíA Hoz, La pedagogía de Pedro Poveda y la
formación de educadores (Sesión conmemorativa de la UNESCO), París 1974; M,
DOLOREs GóMEz MOLLEDA, Pedro Poveda, hombre interior, Madrid 1971; íD, La
escuela problema social, Madrid 1974; ENCARNACIÓN GONZÁLEZ, Pedro Poveda, hombre
de nuestro tiempo, «Razón y fe», junio 1974; ANA MARÍA LóPEZ, Pedro Poveda y la
promoción de la mujer, «Eidos», Madrid dic.-jul. 1974; PAUL POUPARD, Pedro
Poveda humaniste dans ses coordonnées historiTERESINA - TERMASques (Acte
commémoratif á I'UNESCO), París 1974; Ma ROSA VILCHES, Institución Teresiana, en
Enciclopedia de la cultura española, III, Madrid 1963, 702.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991